el penúltimo desde: Los borradores viejos aprobleman
de: Apuntes para un desarrollo subrepticio
10
Pálpitos poco
antes del Olvido postergado
//o de la voluntad del ente
del eterno retorno de la rosa//
En crepusculares y
hasta bajo el sol pleno /redondo
en su redondez oscura
y completa/
platónico en la
caverna: brisas ausentes o ufano
de bufanda casta
ensoñando recuerdos nunca habidos
o más bien rumbos
inciertos difareando o decididas
lunas heridas de
árboles
//todo debe actuarse
en la cotidianeidad del ser//
y plenas como
reflejos
trisados y máscaras:
máscaras para el logro del asunto
cuando varado en la
arena: sus instrumentos consuetudinarios:
Una rosa
Una concha acústica contrita:
como eco rosáseo
sin retornos o hasta con
una que otra superficie que pase colada:
ese cambio de piel
para atraparla en la voluntad de atraparla
/de modo completo y
oscuro en todos los tiempos de los tiempos:
Caminatas al
encuentro
o las cosas no
resultan salvo sombras puras: entonces
el cambio a lo más
simple en la noche decisiva
faramallas que la
vida no hace caso ninguno
y el trole en retraso
indica que ya se fue
y la estación vuelve
tortuosa aunque hacia ella
vayan los libros y al
atrape
los libros de
botánica / y sobre todo: los libros de la superación
conductual de la
metafísica del ente y su meollo como apariencia
de la esencia en su
existencia arremolinada de espejos
La del seño fruncido
y no cosa de esperarla o habrá
desánimo y purgatorio
aunque el viaje realice
el objetivo de lo
inmenso en lo pequeño
lo temporal en lo
eterno
esos ruiditos que
acostumbren a lo racional del deseo de una rosa
en lo más irracional
de su cometido
y vestimenta de
pétalos existenciarios y cachondos velos atractantes
cortantes y
paradisiacos
En los goterones que
ruedan pensamientos ateridos
como gorriones
friolentos llenos de destino y sentido y causa
o ramas secas /esas
estrellas a la deriva/
y el desorden: ramas desnudas
demonios
risueños también
timoratas
quejas sin ninguna
duda
y
el crujir de las hojas en su
eterno retorno
perturba
cobija
extrema
El llamado al orden
del padre conceptúa la finalidad
y el chirrido de
grillos no tan confidentes amilana
Ah sus chirridos esos llamados del ser como ser
o el croar de sapos a
la hora que no acoge esos entes del
ser
silencios
dorados ese ser del ente en cuanto tal
como eco o rosa
del eco
También bailes y
repasos confunden / diversionan
muestran lo
abigarrado del entorno en el mundo cotidiano
donde esos otros
entes //los cuáticos// se enfrentan unidos y juntos
a la misma moledera
de los silencios artesanales
Como símbolo de lo
mismo
Como símbolo de lo
mismo
Como símbolo de lo
mismo
Donde la aurora ya no
parece que invite
ya no góndolas solo
micros destartaladas perturban
en su llevar
cachemiras y banlones cuando
las golondrinas pasean
al interior de los ojos
//No olvidar que los
tontos que no comprenden a las estrellas en desorden
y las abandonan y
fruncen como malignos abandonados
se tornan pájaros y
se miran en los ojos de sus estrellas//
Puede serlo el
brillante o las gotas
como luz o negro también el rosado amilana
matices o arenas
escasos no deciden la balanza
como ir a un
concierto y llegar tarde porque el blanco
todo lo domina
y la voluntad
confabula para que el poder imponga su caletre
Tu recuerdo y después
otra vez tu recuerdo
y una plaza y después
un cuchillo ladino
como excusa y después
y otra tu rastro otra
vez: la salida los buses llenos de caídos
complican el rastro
la ceniza los cocoteros expulsados
y después ya ni siquiera sienten que algo pudo haber
cuajado a la hora
tibia del encuentro:
porque si la vida a
veces juega chueco
y casi siempre
queda pegada diluye los mensajes matiza los velos
deja fuera las consignas
aladas / los faroles más resaltantes
esos dioses que todo
lo deciden al modo directo y meta físico
como si a ella los
remansos no importaran
y siempre siguen
adelante y se repiten en su eterno retorno
voluntarioso la luz
que aparece en los umbrales:
y un parque reduce a
un banco solitario
la antigua espera
entonces ya
luminosos claros es
posible echar a la risa
ironizar en
prosa pero ni así dejaría
de jorobar para el
resto esos silencios que permanecen
como agujas aunque
conquistes los ecos y los tortuosos
en un barco que nadie
maneja rumbo a otra Ítaca igualmente imaginaria
donde gatos y peces
buscan el encuentro
Porque después: aparece la voluntad de la rosa
/en su eterno retorno/
a poner todas las cosas en claro
Variante sin Rosas
En crepusculares /y
hasta bajo el sol/ redondo
y platónico en la
caverna de brisas ausentes /o ufano
de bufanda casta
ensoñando recuerdos nunca habidos
Rumbos inciertos
difareando o decididas
lunas heridas de
árboles y plenas como reflejos
trisados y máscaras: máscaras para el logro del
asunto
cuando varado en la
arena:
Una concha acústica
contrita: como eco
sin retornos o hasta
una que otra superficie pasa colada:
ese cambio de piel
para atraparla:
Caminatas al
encuentro
o las cosas no
resultan salvo sombras puras: entonces
el cambio a lo más
simple en la noche decisiva
Faramallas que la
vida no hace caso ninguno
y el trole en retraso
indica que ya se fue
y la estación vuelve
tortuosa
aunque hacia ella vayan
los libros y al atrape
la del seño fruncido
y no cosa de esperarla o habrá
desánimo y purgatorio
aunque el viaje realice
el objetivo de lo
inmenso en los ruiditos
En los goterones que
ruedan
pensamientos ateridos
/como gorriones friolentos
o ramas secas esas
estrellas a la deriva y el desorden
Ramas desnudas Demonios
risueños Timoratas quejas
y el crujir de las
hojas perturba
El llamado al orden
del padre
y el chirrido de
grillos no tan confidentes amilana
Ah sus chirridos
o el croar de sapos a
la hora que no acoge:
Silencios dorados también bailes y repasos confunden
donde la aurora ya no
parece que invite
ya no góndolas /solo
micros destartaladas perturban
en su llevar
cachemiras y banlones cuando
las golondrinas se
pasean al interior de los ojos
Puede serlo el
brillante o las gotas
como luz o negro /también
el rosado/ amilana
matices o arenas
escasos no deciden la balanza
como ir a un
concierto y llegar tarde porque el blanco
todo lo domina
Tu recuerdo y
después
otra vez tu recuerdo
y una plaza
y un cuchillo ladino
como excusa
y otra tu rastro otra
vez: la salida los buses
complican el rastro
la ceniza los cocoteros
y después ya ni
siquiera sientes que algo pudo haber
cuajado a la hora
tibia del encuentro:
porque si la vida a
veces juega chueco
y casi siempre
queda pegada diluye los mensajes matiza los velos
deja fuera las
consignas aladas
esos dioses que todo
lo deciden
como si a ella los
remansos no importaran
y siempre sigue
adelante y se repite:
Y un parque reduce a
un banco solitario
a la antigua espera
entonces ya luminosos claro
podemos echar a la risa
Ironizar en prosa pero
ni así dejarían
de jorobarnos para el
resto esos silencios que permanecen
como agujas aunque
conquistes los ecos y silencios
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