parte de:
libro III
// las angelarres //
En
el prado del ángel cabrío
desde: Carteros atrabiliarios Dulces energúmenos
EL
DOLOR LA HARÁ INVENCIBLE
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El interesado último Dejo Una
imploración
en desahogo como
grito callado o dubitativo
No olvidéis la
mujer: siempre el relámpago y la ira
La peste y el
hambre a una tercera parte
La mujer y su
instinto curiosillo Como brisas
Como en cuchillo
mi amor para esparcirlos
La mujer y sus
curvas de vértigo Como torres de marfil
El amor saciado
/ El furor sobre ellas
Acaso no
conocéis sus astucias gemelas? Como hogares
y magnetos
cuando el velo no las vela
Y si aún no has
probado su ardor antiguo y certero
como el griego
de la lengua:
guárdate de su
suave piel de harina
de sus manos
expertas sin plumas
de sus pezones sagrados
sus misterios
Por sobre todo: Cuatro rostros Cuatro plumas
Pies de buey o de
bronce pulido
Cara de doncella
y de leona
Cuídate de su
fertilidad dolorosa:
porque el dolor
la hará invencible