desde: Composiciones para un barrido y un fregado
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CANCIÓN DEL SIEMPRE LO MISMO
Nada repite
/ o se repite rota y jamás despeña
o se despeña
envuelta en bata / de miradas y encajes
y
temperaturas en alza
con desespero las hojas
ciertas olvidadas
esas que fueron del recuerdo
casual
ya están raídas y han relegado
su importancia
porque
re comienza el año:
y el
sol endereza y alumbra paseos
y
nostalgia y sudor
en manos
de la clara Esperanza
evocan
la ausencia, los escondites de la isla
visitan
las
sombras retenidas de la dulzura agobiante
las
definitivas presencias y búsquedas de lo negro
su invocación:
la resonancia de la risa
como eco
de lo ido, como de lo porvenir, el dejo
y recurre
la insistencia
y su
encanto de contar siempre lo mismo
y colgando
en la puerta como de abajo hacia arriba
como
muselinas y bragas:
brados los sugerencias ya en canasta esperan por su sino
cum
en
pero tú / Tú te alejas como sinada
como
si hipérbolas equiláteras o metáforas
obsesivas
en el espacio de los muslos
siguieran
el camino de las equis / esas
o
frenias deliciosas y jugosas y aromáticas
porque
algo te contaron o te contaron nada
y el
tisú o la malaquita:
Ah,
este viejo año que no termina nunca.
Voces,
voces, escucha voces
escucha
esa mariposa que te sigue
o no
te sigue, hasta el infinito del rango
y
nunca te alcanza, o te alcanza o vislumbrar
o mantis
religiosa, o contigüidad superada.
Más
bien: siempre te alcanza.
La
finura de su rango te obnubila.
Para
ti el retorno. Para ti el honor y la gloria.
Para
ti el colaless y las filitas
esa noche que se alarga
y un
hemiciclo
o las
comisiones que se hacen nada o hacen nada.
Voces, voces, escucha
voces
escucha esa mariposa que
te embriaga.