Desde: Carteros atrabiliarios, dulces energúmenos
DE AZAHARES Y MAGNICIDIOS
el ángel de la guarda
el ángel de la guarda
Deambulas por
los naranjos que hubo en flor
con tu reloj
trizado
/a eso de la
hora cero en sombra de ese día
viento en
humo de hora fija
o primavera
en llamas
hora única
que no me has
querido confirmar
porque estás
catatónico perdido
Porque no
respondes a sus sahumerios de esperanza
No activas sus
vasos letrados
/sobre mesa
desclavada/
No letreas
lapiceros automáticos
Porque estás
con todas tus plumas
desplumadas
clavadas / de
once en once
el día en que
aún / el cielo desplumado de tu pecho
yace cortado
en dos:
la ráfaga SIG
cruzó tu esternón
antes de
encontrar el pecho
/ en predestino
/ en custodia a tu cargo
en su
presente de sillones quemados y banderas
como humos
Yo sé que
estabas allí
Espeluznante /
catatónico
cuando el médico
mayor militar
y el dentista
mayor militar
auscultan tu
pecho de tiempo en acribillo / o inerme
con informe de
archivo en el vacío
de una Escuela
avergonzada
Y el
general dijo
“que te vuelen las
plumas de la cabeza carajo”
Y por segunda
vez sentiste el metal esquirlas fuego
cruzando su
cabeza de cadáver
volviéndote /
repelunco / catatónico
perdido para
entonces
Dime: sigues
vivo?
Tal vez: / ahora
/ custodia que custodia / ese ejemplo para siempre?