(desde:"Composiciones para un barrido y un fregado")
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CONJETURAS DE UN IMPÍO
PACIFISTA
¿Sabes,
Señor de los Ejércitos: La encarnación
del
verbo, la luz violenta, ese granate pavoroso
esa que
esparce sacrificios, trajo ni siquiera
a
cuento la liberación de las higueras?
Surcos
condenados a mostrar los recursos del pasante
o
divina consecuencia de estar la criatura siempre mal situada?
Te
llevan mucha ventaja, Señor guerrero.
Y tú,
de los Ejércitos Patrona, ¿sabes qué
de
Atenea o de Minerva, esas diosas vírgenes y guerreras
y en
la sabiduría cotidiana, sabemos cuando imploradas y castas?
Esto
lo pregunto para que no lo vayan tomando
muy
en cuenta
ni poca
sería lo prudente, que la costumbre: nadería:
puesto
que lo ido y fenecido no llama al sacrificio
ni a
un nuevo reparto de las quejas.
No
digas que no advirtieron la llegada de la Arpía
al
monito poco espabilado, soñaba con cenicientas
y
aquelarres en retornos del solsticio, acarreaba
piedras,
armaba su buena trifulca de rama en rama:
¿O seguir
aceptando esa voluntad simbólica debamos
y
hacer como cuenta no nos alumbra del díscolo
razonable
con su pata quebrada?
Ah,
Patrona tan bella
por
quién decidías en Chorrillos y Miraflores?
¿Por
quién seguirás amistando?
Observadora
neutral delegada
cruz
roja de celestiales Naciones Unidas?
Así
nunca nadie será jamás salvado ni a regañadientes
de
sonrisas: que ponerle pino para cazar a los incautos
como
a las orquídeas las avispas necesarias
que
hacer como que tomas no partido, ya no,
ya no
trae méritos jamás antes vapuleados
ya no
amerita el ese truco de lo neutro entre
parejas
fogosas dedicadas al delirio.
Cae
al suelo el truco de las palabras si a él
no lo
juegan en serio?
¿Quién
necesita de salvarse?
De
condenarnos a ser humanos, lo que impera
ahora
y en la sabana, las cavernas y los marquets
y
como humanos rascar el ombligo
amarnos
a pesar de los piojos
y
deliciosamente odiarnos, prensa en ristre por los siglos
de
los siglos jorobarnos la paciencia con envidia deliciosa
hasta
el día del cortado.
Agua,
agua. Aire puro.
Amen.
Bueno,
no estoy seguro, que dicen de ustedes que lo saben todo
y
mejor preguntara.
Y
ahora pasando a lo concreto
después
del introito al altare texto y zancadillas:
Tres
mil años siguiendo símbolos
y ya
no sólo Jericó, el Templo en llamas:
¡Hiroshima
fue nuestra?
Nuestro
ese negro sol-hongo en oscuro-claro desvarío?
Luz
venenosa en la delicia del comercio
y aunque
y contumelia, y ay
todo
zumbaba como ciego
como cenizas
desmesuradas de la troca entorpecida,
lodo
estampado, sed radiada
y el
padre mira esa nube como hongo
y ese
hongo como hombre en la nube
y los
rubios protones, ahítos mercantiles venideros
cuándo
tanta la agonía por segundos al cuadrado?
Tan
corto tiempo miserable en reflejos
instante
de sol desatado como casitas de arroz
sucumbía
la esperanza
radiante cual
imposturas y gólgotas
lumínico cristianos
en su cruz fogosa
que
la guerra no termine nunca y así goces Omnipotente
guerrero?
Orquídeas
dulcementirosas y atractantes
y que
se expanda el mercado
y con
cada protón desboque su camino
el
agua dance vapores
mercurio
en la superficie de lo profundo
la
razón celeste y al contado
la
tumba del sol naciente
sol
humano de ciencia controlada
Oh
Patrona de los Ejércitos
la
desbocada por mesura
la
neblina hace radiactiva la superficie templo
en lo
profundo?
Sí,
allí mismito:
en el
año del corte / del hundimiento
Oh
Carmela en uniforme: Carmela acharreteada
cobaltos
y protones escapados?
Jamás
civilización alguna sucumbió tan luminosa
al
erigirse
dominio
absoluto de la esperma
ni
saber de oscuridad radiante
larga
decadencia de las cruces / de los árboles
simbólicos
a tarro.
Cuándo
el riesgo y el deber?:
una
esfera reducida o el espinazo
no una
vida de arrojo en el espectro un plano la existencia
la línea
tal vez el nadir de las salivas
la
prolongación no prudente
la
valentía y sus misales y velos
el
tiempo del coraje
el
quick y el quack
infierno
colapsado de otro infinito
oculta
avergonzado o sonriente o caramelos
donde
casi, el cuanto se diera, lo zampan
le
escabullen romadizos, una caverna de cilantros
un
escapulario desvanece cafesoso
colorancho
carbuncidios rascabuitres olorosos
y el
punto: la tortura del eclipse
la
muerte en la ceniza
un
magnífico sol cristiano americano
cuándo
el deber y la gloria?
Martirio
en tres instantes/ la ceniza que muere
anteriores
a la nada, por el camino, el dolor
sin
tregua o el agua
el
agua
dónde
el agua?
Y no
salgan cambio con Dios
el
Dios del individuo
o
Dios histórico en proceso de su omega
que
los caminos son muy oscuros.
Oh
Dios de los Ejércitos.
A
otro verbo la perturba simbólica tan llena de cenizas.
La
ceniza que se acaba.
La
cordura engendra en las orquídeas.
También
sangre consuma, azumaga la esperanza
ahuma
el quick y el quack del asunto
en
medio de esa nube.
Dejad
los caducos disputen símbolos caducos
alambres
de púas
rezos
que prometan: / lo harán
sólo palabras.
Sauces
y corcovos que no irradian.
¿Podrá
creérseles?
Sin
puñales para la marca del prepucio
sin
cruces clavadas o el destino
sin
lunas crecientes en las arenas finitas
sin
sequinas aproximando la presencia
sin
soles nacientes que renueven rayos
sin
hoces ni martillos como lobos
sin
las potencias del universo bajo el poncho
sin
fisiones ni fusiones ni transfusiones de espantos
o nos
llega al perno a todos, impíos y creyentes.
¿Y
qué con los ateos?
Ah,
esos no eran impíos, impíos gloriosos.
Anti-creyentes
de hinchada barriga
y el
mismo Espacio Religioso
una
base vectora que engendra la malicia.
Mucho
mejor amar una rosa.
Cumplir
el mudo anhelo de una estrella.
Sentarse
cerca de tu zorro.
Alegrarnos
con el regocijo estridente de los treiles.
Enlazar
manos en una ronda.
Pacifistas
del mundo tomaos de la mano.
Y si
verdes, eco-impíos como no invitados a la fiesta
tanto
mejor, que la unión nace la esperanza
color
rojoverde-roja y amarilla
para nueva
era
nuevos
deseos infantiles viejas coronas
de
sauce en la ceniza.
Esos
que nunca dejarán de soñar el futuro hasta hacerlo
tierra
de este polvo, este quick y este quack.
Y tú,
Patrona de los ejércitos, dónde estabas?
Te
Paz mucha ventaja, Dios guerrero.
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